Ben Francis y su marca Gymshark: de coser en casa a convertirse en multimillonario
El joven fundó la empresa con 19 años y hoy lidera una de las marcas deportivas más influyentes del mundo
Alicia Romero | Mallorca, 23 de Abril de 2025 | 09:24h

Ben Francis, un joven británico apasionado por el fitness, ha logrado lo que parecía imposible: transformar una pequeña marca nacida en el garaje de sus padres en una de las firmas deportivas más reconocidas del mundo. Lo hizo sin inversores, sin experiencia empresarial y con una máquina de coser como principal herramienta.
En 2012, cuando tenía solo 19 años, Francis combinaba sus estudios universitarios con un trabajo como repartidor de pizzas. Sin acceso a capital externo, invirtió sus ahorros -alrededor de 1.000 libras esterlinas- en una máquina de coser y una impresora de serigrafía. Con la ayuda de su abuela, aprendió a confeccionar camisetas que él mismo diseñaba y cosía en casa.
UNA ESTRATEGIA DIGITAL INNOVADORA
Lo que marcó la diferencia fue su apuesta temprana por el marketing de influencers. En lugar de invertir en campañas tradicionales, Ben comenzó a enviar camisetas gratuitas a youtubers y culturistas con audiencias modestas pero fieles. Este enfoque, que hoy parece evidente, fue en su momento pionero.
En 2013, durante la feria BodyPower en Birmingham, Gymshark agotó todo su inventario en apenas 90 minutos. A partir de ese punto, el crecimiento fue meteórico.
En 2020, la firma de capital privado General Atlantic adquirió una participación del 21% en Gymshark, valorando la empresa en más de 1.000 millones de libras (unos 1.300 millones de dólares al cambio). Esto convirtió a Ben Francis en uno de los multimillonarios más jóvenes del Reino Unido, con más del 70% de las acciones bajo su control.
Hoy, Gymshark cuenta con millones de clientes en más de 180 países, emplea a más de 900 personas y se posiciona como una de las marcas emergentes más fuertes en el sector del fitness, desafiando a gigantes como Nike, Puma y Adidas desde un enfoque más digital y comunitario.
UNA HISTORIA DE ESFUERZO Y VISIÓN
La historia de Ben Francis no solo inspira por su éxito económico, sino por el enfoque autodidacta, la creatividad y la perseverancia que lo llevaron a construir una marca global desde cero. Un recordatorio de que, a veces, una idea clara y una máquina de coser pueden valer más que una inversión millonaria.