Los vecinos de la costa de Palma, al límite por la oleada de robos y agresiones a plena luz del día
El Coll d’en Rabassa, Can Pastilla y el Arenal sufre ocupaciones ilegales, impunidad judicial y ausencia de respuesta institucional
Penélope O Álvarez | Mallorca, 25 de Abril de 2025 | 19:03h

Robos a plena luz del día, agresiones violentas y ocupaciones ilegales de viviendas. Los vecinos del Coll d’en Rabassa (Palma) viven una situación límite desde hace más de un año. Su barriada se ha convertido en un lugar cada vez más inseguro para quienes residen allí. Al parecer, estos episodios, aseguran algunos vecinos, están vinculados al aumento de personas de nacionalidad argelina que llegan en patera a Mallorca y se instalan de manera irregular en viviendas vacías.
UNA AGRESIÓN A PLENA LUZ DEL DÍA DESATA LA ALARMA
El último suceso que ha conmocionado a los vecinos ocurrió el pasado jueves a las tres de la tarde. Una mujer, que acababa de salir de su casa para ir al supermercado, fue atacada violentamente por dos hombres. La golpearon por la espalda, la tiraron al suelo, la insultaron y le propinaron una patada en la cabeza antes de robarle el dinero de su pensión, que llevaba en efectivo. Los agresores huyeron en patinete.
"Fui al Mercadona porque a esa hora no hay mucha gente. Nada más girar la esquina me dieron un golpe por la espalda, me tiraron al suelo y me quitaron el dinero. Me pegaron en la cabeza, me cortaron y me dijeron ‘cállate, puta’. ¿Ya ni siquiera se puede salir a comprar a una hora decente?", relató la víctima con la voz quebrada.
UNA CRISIS QUE SE EXTIENDE POR OTROS BARRIOS
La inseguridad no solo afecta al Coll d’en Rabassa. También se ha extendido a zonas cercanas como Can Pastilla y el Arenal. En estos barrios de la costa de Palma, los vecinos denuncian la presencia de grupos organizados que cometen robos violentos y ocupan viviendas de forma ilegal.
Los hurtos, el robo de vehículos y las agresiones físicas se han vuelto parte del día a día. “Ya no se esconden. Actúan a cara descubierta, sin ningún tipo de miedo”, lamentan los residentes. Una vecina del Coll resume la situación: "Cada vez hay más violencia. El pueblo empieza a tener miedo. Roban coches, pegan palizas, quitan pensiones. No estamos tranquilos. Si no hacemos algo, esto no va a parar. Es insoportable".
FALTA DE RESPUESTA INSTITUCIONAL
Los vecinos critican la falta de acción por parte del Govern. Muchos de los presuntos delincuentes acumulan entre 30 y 40 denuncias. Si son mayores de edad, los procesos judiciales se alargan sin consecuencias reales. Si son menores, son liberados en pocas horas, incluso en casos de reincidencia. “No se puede permitir que tengan 36, 37, 46 denuncias y no les pase nada”, protestan.
Los residentes insisten en que no se trata de un problema contra la inmigración en general. En el Coll d’en Rabassa y otros barrios de la costa de Palma conviven personas de diversas nacionalidades que se han integrado perfectamente en la vida local.
Sin embargo, la creciente inseguridad ha generado una crisis vecinal que exige soluciones urgentes: más presencia policial, la aplicación efectiva de las leyes, el desalojo de viviendas okupadas y un sistema judicial que garantice que los agresores respondan ante la justicia. Desde el Arenal hasta Can Pastilla y el Coll d’en Rabassa, los vecinos reclaman algo fundamental: recuperar su derecho a vivir sin miedo. "Estamos desamparados", concluyen.