El ácido fólico y sus beneficios: una vitamina clave para la salud
Previene defectos congénitos, fortalece el sistema inmunológico y favorece la salud cardiovascular
Alicia Romero | Mallorca, 12 de Marzo de 2025 | 16:02h

El ácido fólico, también conocido como vitamina B9, es un nutriente esencial que desempeña un papel fundamental en el organismo. Su consumo adecuado está asociado con múltiples beneficios para la salud, especialmente en mujeres embarazadas, ya que contribuye a la correcta formación del tubo neural en el feto, reduciendo el riesgo de defectos congénitos.
BENEFICIOS PARA LA SALUD
El ácido fólico es crucial para la producción de ADN y el desarrollo celular, por lo que su ingesta es importante en todas las etapas de la vida. Entre sus principales beneficios destacan:
- Prevención de defectos congénitos: Se recomienda a las mujeres embarazadas o en edad fértil consumir suficiente ácido fólico para reducir el riesgo de espina bífida y otras malformaciones en el feto.
- Salud cardiovascular: Esta vitamina ayuda a controlar los niveles de homocisteína en la sangre, lo que puede disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Fortalecimiento del sistema inmunológico: Favorece la producción de glóbulos rojos y blancos, contribuyendo a un sistema inmunológico más fuerte.
- Prevención de la anemia: Su papel en la formación de glóbulos rojos ayuda a prevenir la anemia megaloblástica, una condición que causa fatiga y debilidad.
- Salud mental y cognitiva: Se ha relacionado con la prevención de trastornos neurológicos como la depresión y el deterioro cognitivo en adultos mayores.
FUENTES DE ÁCIDO FÓLICO
El ácido fólico se encuentra de manera natural en diversos alimentos como vegetales de hoja verde (espinacas, acelgas, lechuga), legumbres, frutos secos y cítricos. También se añade a productos fortificados como cereales, harinas y algunos tipos de pan. En muchos casos, se recomienda su consumo en forma de suplementos, especialmente en mujeres embarazadas.
Los especialistas recomiendan una ingesta diaria de aproximadamente 400 microgramos en adultos y hasta 600 microgramos en mujeres embarazadas. Antes de iniciar cualquier suplementación, es aconsejable consultar con un profesional de la salud.