Plazas para los coches de los funcionarios de la cárcel de Palma convertidas en parking de lanchas
Esther Ballesteros | Mallorca, 02 de Enero de 2022 | 06:00h

De un tiempo a esta parte, el parking interior de funcionarios de la cárcel de Palma ofrece una imagen inusual: algunas de las plazas reservadas a los coches de los trabajadores de la prisión se encuentran ocupadas por lanchas de su propiedad. La llamativa escena no pasa desapercibida, tras las alambradas, desde la carretera de Sóller.
Fuentes de Instituciones Penitenciarias señalan a Crónica Balear que el "atraque" de las barcas en el parking del centro penitenciario de Palma cuenta con la autorización de su director, siempre, eso sí, que no impidan ni dificulten el aparcamiento de los coches del resto de funcionarios. Según señalan las mismas fuentes, en estos momentos hay entre veinte y veinticinco plazas vacías.
Preguntados al respecto, algunos de los sindicatos de funcionarios con representación en la cárcel palmesana eluden, como UGT, pronunciarse sobre la pertinencia de ocupar el espacio de la prisión para aparcar las lanchas, algunas de ellas de importante tamaño. Otros prefieren mantener el anonimato para señalar que este "no es un tema importante dentro de la prisión".
"Todas las organizaciones sindicales se reúnen habitualmente con la dirección y este asunto no ha salido en estos encuentros. Hay parking de sobra", subrayan desde una de las entidades sindicales, aseverando que "es como si fuera un coche o poco más" y, además, las lanchas se encuentran ahí "momentáneamente, al fondo de los aparcamientos, donde no molestan a nadie". "No ha habido ninguna queja en las reuniones periódicas que se mantienen para abordar las problemáticas del centro. Es algo que no tiene ninguna importancia", recalcan.
Sin embargo, fuentes jurídicas consultadas al respecto por Crónica Balear consideran que estos hechos plantean "serias dudas" sobre la adecuada utilización del parking y aseveran que "no tienen cabida".
"Se está realizando un uso de bienes públicos para el interés privado, lo que podría denominarse malversación de bienes materiales para beneficio propio, de la misma forma que lo sería coger para disfrute privado una barca destinada a la limpieza de playas", aseveran las mismas fuentes, quienes recalcan que "hay que marcar unos límites ya que, de lo contrario, se propicia la arbitrariedad. Una arbitrariedad que no puede quedar en manos del director de una prisión".
Tal como inciden, se trata del parking de unas instalaciones destinadas a un servicio público, una razón de ser que "se está viendo alterada y pervertida". Recalcan que los trabajadores públicos -que, según las fuentes, serían "funcionarios de cierto nivel, no los de más abajo"- que están haciendo un uso privado del aparcamiento "solo pueden hacer lo que la ley avala" y, respecto al director de la prisión, "no autorizar jamás nada que la ley no tenga establecido".
"Ni siquiera en el parking exterior de la prisión a nadie se le ocurriría aparcar una embarcación, aunque las restricciones de uso no sean tan severas. Tampoco si te vas a cualquier calle, o al tramo contiguo a la antigua cárcel de Palma, en la carretera de Valldemossa, que no es zona azul y donde pueden estacionar los coches. Nadie aparca ahí sus embarcaciones", prosiguen.
CANTIDADES DEJADAS DE RECAUDAR POR LOS CLUBES NÁUTICOS Y LAS ARCAS PÚBLICAS
Otro abogado llama la atención, en esta línea, sobre las cantidades que estos funcionarios se estarían ahorrando en amarres o almacenes de hibernaje, generalmente a cargo de los clubes náuticos, las marinas y otras empresas privadas. Unas cifras que, según fuentes del sector náutico, pueden alcanzar los 600 euros al mes en el caso de embarcaciones de hasta siete metros -tipo lancha- y que pueden elevarse en caso que requieran de traslado, limpieza y mantenimiento. La cantidad alcanza una proporción importante tras los seis o siete meses durante los cuales es habitual que los propietarios guarden sus barcas.
Desde el sector destacan, además, los fondos que, principalmente en concepto de IVA, estaría dejando de recaudar la Administración. "Parece algo inocente el dejar una embarcación en una zona inadecuada pero hay muchas cosas a tener en cuenta. Es necesario que el lugar disponga de licencia de actividades y contar con seguros, medidas antiincendios y un programa de prevención laboral", subrayan.
Finalmente, advierten de que una embarcación "genera otros riesgos: muchas de ellas desprenden resinas tóxicas si no se mantienen bien. Siempre hay un riesgo detrás y nunca pasa nada hasta que ocurre. Y, mientras tanto, se está eludiendo dar cumplimiento a un trabajo clasificado, que es el de depósito de embarcaciones", sentencian.