Arranca la época de mayor contagio de Leishmania: síntomas y cómo prevenir esta enfermedad incurable

La salud y el bienestar de nuestros amigos peludos son prioritarios, y brindarles los cuidados adecuados es esencial. Aunque parezcan inofensivos, algunos insectos, como las orugas procesionarias, son un grave riesgo para nuestros perros. Igualmente peligrosos son los mosquitos.

Durante la primavera y el verano, cuando los mosquitos están más activos, el riesgo de contagio aumenta. 

Es triste reconocer que la leishmaniosis canina es una enfermedad sin cura, que en sus fases avanzadas puede ser fatal y afectar significativamente la calidad de vida de nuestros canes.

A pesar de esto, muchas personas todavía no conocen sus síntomas ni las graves consecuencias que puede acarrear. 

La prevención es fundamental, y no se debe tomar a la ligera.

Actualmente, no hay métodos de prevención para la Leishmania que sean 100% efectivos.

Por lo tanto, es vital combinar distintas estrategias de prevención. Es ideal utilizar métodos antiparasitarios, como collares y pipetas, durante la primavera y el verano, y vacunar contra la Leishmania en los meses más fríos para que los perros desarrollen anticuerpos suficientes para el verano.

También es crucial usar mosquiteras y repelentes en casa durante los meses cálidos.

La leishmaniosis no afecta a todos los perros de la misma manera; algunos pueden mostrar síntomas claros mientras que otros no presentan ninguno. Los síntomas más comunes incluyen heridas que no cicatrizan, costras, pérdida de pelo, debilidad, problemas oculares y articulares, y alteraciones renales.

En el lamentable caso de que un perro sea diagnosticado con Leishmania, hay distintos tratamientos según la etapa de la enfermedad, siendo crucial realizar controles regulares para ajustar el tratamiento conforme progresa la enfermedad.